Sí está
vaina es una espectacular “Democracia
Participativa y Protagónica”, “de mandatos revocables” como reza en la
Constitución de la República; lo más sencillo, lo más natural sería revocarle
el mandato a cualquier grandísimo incapaz que no solucione la crisis económica,
la crisis social, la crisis hospitalaria, la inseguridad que padecen millones
de venezolanos.
¿Cómo es eso
que en la Cuarta República, en la “democracia de élites”, en la “democracia
burguesa”, fue más sencillo activar los referendos?
¡Arrechísimo
debió ser realizar un referendo revocatorio en el pasado, pero no ahora!
Porque se
supone que, hoy en día, estamos en el supuesto paraíso socialista. Aquí resultaría sencillísimo
revocar a cualquiera. No donde imperaba la Democracia Representativa como la
que existía en la llamada Cuarta República. En esa época es que debió ser un
infierno para los ciudadanos expresarse vía referendos. Pero resulta, que
aunque en la constitución del año 1961
no establecía los referendos ni la convocatoria de una constituyente, no
obstante, en el año 1999, se pudo
hacer un referendo para consultarle al pueblo si quería una constituyente para
refundar a la República.
Sí señor, enmarcado
en la “moribunda Constitución de 1961”, no sólo hubo un referendo. También se
eligieron unos constituyentistas y, luego, se aprobó por referendo la nueva
constitución. Además de allí se derivó una nueva elección presidencial. Y todo
eso ocurrió en la vieja Democracia Representativa, llamada,
despectivamente, Democracia Punto
Fijista, Cuarto Republicana.
Paradojas de
la vida. Los miserables que gobiernan al país ofrecieron superar a la corrupta Democracia
Representativa, Burguesa y Punto
Fijista para dar nacimiento a la “refundación
de la República y establecer una sociedad democrática, participativa y
protagónica”. En donde hacer un revocatorio de mandato debería ser “pan
comido”, facilísimo de ejecutar. Pues no. Los muy hipócritas del cogollo
chavista colocan trabas, obstáculos de una crueldad nazista: como el obligar a
la gente a validar sus firmas bajo un sol torturador o en lugares lejanos a su
domicilio.
Al sabotearle
al pueblo la activación del referendo revocatorio actúan en contra de la
Constitución. Dado que nuestra Constitución obliga al gobierno a facilitar el
ejercicio de los derechos políticos de los venezolanos. En cumplimiento de nuestra máxima Ley, el
gobierno está obligado a facilitar que
el pueblo active el revocatorio.
Pero al
parecer la cúpula inescrupulosa del chavismo, a estas alturas, poco le importa
servir al pueblo. Sólo les mueve todo aquella ayude a su desmedida ambición de
poder. El disfrute del poder se ha convertido en la razón de la actuación de
este cogollo chavista. Estamos ante la más grande degeneración de una clase
política.
Las marramucias,
las triquiñuelas, las maniobras asquerosas que se realizan desde las
instituciones del Estado para entorpecer el revocatorio; son principalmente maniobras
contra los derechos de la gente. Al negar en los hechos la Democracia
Participativa se le niega al soberano, al pueblo la oportunidad de expresarse. Se
le niega el derecho a decidir de manera electoral y pacífica que rumbo debe
seguir su patria. Además, de dejar en entredicho si esto es una “Democracia
Participativa y Protagónica” y “de mandatos revocables.
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