Si usted es una persona normal y dispusiera,
digamos, de unos 200.000 dólares para invertir en un negocio que sea rentable
para Usted y su familia, imaginemos que se decide por abrir una pizzería para
realizar ventas a domicilio (delivery). Para ello alquila o compra un
local. Adquiere mobiliario, el horno, un
refrigerador, motocicletas para repartir las pizzas y otras cosas. Se aseguraría el suministro de materia prima,
tales como harina salsa de tomate, queso, etc.
Eso lo haría usted que es una persona normal
porque, además, el dinero es suyo y le duele. Y, por tanto, no está dispuesto a
perderlo, ya que, de ese modo, comprometería el bienestar suyo y de su familia.
Pero sucede que si usted es un alcalde, el
primer burócrata del municipio, que, además, profesa las ideas socialistas de
Chávez; muy probablemente usted montaría la pizzería y hasta la inauguraría,
sin preocuparse de que va a contar con un suministro adecuado de materia prima,
en este caso, harina. O de que va a tener a su disposición las motocicletas
indispensables para realizar la entrega de las pizzas a domicilio de sus
clientes.
Bueno, esto que resulta absurdo. Impensable
de que suceda si estamos hablando de invertir el patrimonio privado de cada
quien. A un burócrata, a un planificador, a un gobernante, tal cosa, le tiene
sin cuidado. Son capaces de invertir altas sumas en emprendimientos sin
importarles mayor cosa si tales inversiones de dinero van a dar frutos o van a
ser rentables.
Pero como a veces la realidad supera la
ficción, esto que pudiera parecer un cuento rebuscado para ridiculizar a un
gobernante o idolología, en realidad sucedió algo peor y con una mayor cuantía
de dinero.
El alcalde chavista de Girardot (Edo.
Aragua, Venezuela) Pedro Bastidas no monto una pizzería sin preocuparse de si
iba o no a contar con harina para hacer las pizzas o si luego iba a tener
motocicletas para repartirla a los clientes. Hizo algo mucho peor. Instaló e
inauguro una planta de asfaltado a un costo de 1.200.000 dólares (http://www.elaragueno.com.ve/region/articulo/11061/1-400-toneladas-de-asfalto-producira-diariamente-girardot)
sin contar con el suministro apropiado de piedras picada, que es materia prima
indispensable para producir el asfalto. Y sin contar con camiones volteos para
distribuir el asfalto producido(http://www.elsiglo.com.ve/Edicion-impresa
26/05/2013 pag.A2), en el caso de que la planta produjera al
total de su capacidad. Cosa que no hace. Tan solo produce al 10% de capacidad
instalada.
Un
gobernante que sigue las ideas socialista-chavistas y que, por tanto, es enemigo
del capitalismo, que aborrece de la economía de mercado, de posiciones
antiempresariales , uno pensaría que, en esa situación, se cuidaría mucho a la
hora de iniciar un emprendimiento, dado que ellos al ofrecer un modelo distinto
de desarrollo y prosperidad, sus acciones deberían estar marcadas por la
excelencia, sus acciones deberían tener el sello demostrativo de la nueva
manera de hacer las cosas. Salvo que el modelo que ofrezcan los
socialistas–chavistas sea la chapuza y la mediocridad. Porque tal cosa es la
que hecho con la instalación de la planta de asfaltado.
Si su iniciativa “empresarial” es una
muestra del modelo que pretenden dejar atrás y del nuevo que vendrá, creo que
el alcalde Bastida no le hace un gran favor a su ideología socialista-chavista.
Tanta mediocridad y torpeza no creo que gane el respeto y el respaldo de la
gente. Además, que salta a la vista lo antieconómico que dicha forma de hacer las
cosas entraña.
Creo que con el tiempo en las universidades
el alcalde Bastidas se ganará un dudoso puesto de honor cuando en las escuelas
de administración y economía su nombre designe la manera chapucera o inepta de
instalar una fábrica sin prever el suministro de materia prima y los medios
para distribuir lo que produzcan.