Estamos inseguros,
modificamos nuestros estilos de vida, andamos nerviosos en los autobuses, las
calles de nuestras comunidades son sitios donde se producen actos delictivos. Todo
eso pasa porque las autoridades que tienen la responsabilidad de prevenir y controlar
el delito no están decididamente comprometidos con defendernos.
Parecerá exagerado pero es la pura verdad. Maracay y sus habitantes están abandonados al hampa, aquí la delincuencia campea. Los atracos están a la orden del día. Los robos frente al Terminal de Pasajeros son casi a diario. Quienes sacan dinero de los cajeros en los centro comerciales les roban los reales y el teléfono. A la hora de llevar o buscar los niños a los colegios también se ha convertido en un riesgo de robo. Los atracos en los autobuses son constantes.
Las autoridades saben que eso está ocurriendo y no hacen nada. Se niegan inexplicablemente a enfrentar la situación. No se preocupan en lo más mínimo por tener un mejor servicio de policía.
Para que las cosas empiecen a cambiar es necesario que quienes están llamados a cumplir con la obligación de controlar y prevenir el delito lo hagan. Se cumplan con el mandato que la Ley les encomienda tanto al Gobernador El Aissami como al Alcalde Bastidas. Son ellas las personas designadas por la Ley para mejorar la seguridad. Pero hasta ahora no se les ha visto la voluntad de actuar de ambos. Es una lástima que dejen al pueblo desprotegido.
La ciudad de Maracay merece mejores gobernantes. Gente que esté comprometida con el bienestar y la seguridad del pueblo. La protección de la vida y los bienes de las personas debe ser el norte de los gobernantes.
Parecerá exagerado pero es la pura verdad. Maracay y sus habitantes están abandonados al hampa, aquí la delincuencia campea. Los atracos están a la orden del día. Los robos frente al Terminal de Pasajeros son casi a diario. Quienes sacan dinero de los cajeros en los centro comerciales les roban los reales y el teléfono. A la hora de llevar o buscar los niños a los colegios también se ha convertido en un riesgo de robo. Los atracos en los autobuses son constantes.
Las autoridades saben que eso está ocurriendo y no hacen nada. Se niegan inexplicablemente a enfrentar la situación. No se preocupan en lo más mínimo por tener un mejor servicio de policía.
Para que las cosas empiecen a cambiar es necesario que quienes están llamados a cumplir con la obligación de controlar y prevenir el delito lo hagan. Se cumplan con el mandato que la Ley les encomienda tanto al Gobernador El Aissami como al Alcalde Bastidas. Son ellas las personas designadas por la Ley para mejorar la seguridad. Pero hasta ahora no se les ha visto la voluntad de actuar de ambos. Es una lástima que dejen al pueblo desprotegido.
La ciudad de Maracay merece mejores gobernantes. Gente que esté comprometida con el bienestar y la seguridad del pueblo. La protección de la vida y los bienes de las personas debe ser el norte de los gobernantes.
Gobernador El Aissami y alcalde Bastidas el artículo
28 de Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana
los señala a ustedes como los responsables de prevenir y controlar el delito,
obedezcan la Ley y el clamor del pueblo.
@vallenilla
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