En Maracay a toda y en todas partes se encuentra sometida a la arremetida del hampa, de la delincuencia.
Los moto-atracadores hacen de las suyas en las calles de barrios y urbanizaciones.
En los autobuses someten a la gente con total impunidad.
Los robos de automoviles a las 6 de la mañana son comunes en sectores como Santa Rosa y 23 de enero para luego pedir rescate.
Los asaltos en panaderías, cafeterías son comunes.
Y la policía se muestra incapaz de actuar con un mínimo de eficiencia.
Las cosas No van a cambiar hasta que el Gobernador El Aissami y el Alcade Bastidas asuman plenamente que son responsables de prevenir el delito en la ciudad.
La ley les señala claramente que son las autoridades con responsabilidad para preservar la vida y los bienes de las personas, por tanto hasta que No se decidan a enfrentar esta situación que angustia tanto a los ciudadanos No se va mejorar la situación.
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